Antonio Pérez Girón con Mª Ángeles Infante. |
Se cumplen hoy 79 años del asesinato de Blas Infante, el
hombre que hizo de su vida un compromiso con la tierra andaluza. El pensamiento
de Infante continúa vigente. Su universalismo toma actualidad cada día y es la
guía más coherente para la defensa de Andalucía. Su legado fue recuperado en
los últimos años del franquismo por el entonces Partido Socialista de Andalucía
y abrazado por el resto de formaciones progresistas. La mayoría lo olvidaron.
Bastó con citar al Padre de la Patria Andaluza en el Estatuto, colocar la
bandera verdiblanca en los despachos y fachadas oficiales, y hacer sonar el
himno cada 28 de febrero.
El discurso
de la demagogia alcanzó su figura y se hace presente en tiempo de elecciones.
Blas Infante es de todos los andaluces, se dice. Pero no se recurre a sus
enseñanzas –cien años se cumple de su libro Ideal Andaluz–, a su compromiso con
Andalucía. Blas Infante es de todos los andaluces, pero es más de quienes
tienen necesidad de respirar un aire nuevo, de quienes necesitan recuperar la
esperanza y la creencia en una cultura y una tierra más justa. Blas Infante,
sí, pertenece a la mayoría, una mayoría que aún no lo ha hecho suyo. Que si lo
hiciera, rescatándolo de su segundo olvido, haría, seguro, una Andalucía
diferente. Por la que él tanto luchó y dio su vida en aquel trágico agosto de
1936. Relegándole, matamos todos un poco su memoria, y nos apartamos del
compromiso con nuestra tierra.
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