Al rechazo por el Parlamento Europeo a la prórroga del acuerdo pesquero con Marruecos, que perjudica fundamentalmente a Andalucía y Canarias, las dos comunidades con mayor paro de España, se unió recientemente el acuerdo de asociación con el mismo país magrebí sobre agricultura, que vuelve a perjudicar especialmente a andaluces y canarios.
La liberalización casi total de la mayoría de las mercancías marroquíes es un mazazo para economía andaluza. Las asociaciones agrarias ya han anunciado lo que se viene encima. Es imposible competir con los productos del campo de ese socio privilegiado de la Unión Europea que se llama Marruecos. Allí el coste medio de producción es la mitad que en Andalucía y el de puesta en el mercado inferior en un 23 por ciento. Las pérdidas por comercialización supondrá un millón de euros y por cada agricultor entre 8.000 y 12.000 euros, según han recalcado las sociedades agrarias.
Si bien, la totalidad de los eurodiputados españoles votaron en contra de este acuerdo, el ministro de Agricultura Arias Cañete tras mantener una reunión en Rabat con su homólogo marroquí, ha declarado que rechaza los pronósticos “catastrofistas” de las organizaciones agrarias y que antes de pedir compensaciones a la Unión Europea, hay que valorar los efectos negativos para el sector en este lado del Estrecho.
Uno de los motivos de la UE para la firma de este acuerdo es el apoyo a la consecución de la democracia en el reino alauí. Una democracia que no acaba de llegar, pero que es un buen argumento tanto para los dirigentes económicos europeos como para la clase gobernante marroquí.
Con estos mimbres difícil lo tienen los agricultores andaluces y los de otras comunidades afectadas. Y para colmo de males va el señor Arias Cañete y lo borda.
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