lunes, 22 de agosto de 2011

EL PARTIDO POPULAR Y EL PROBLEMA DE ANDALUCÍA



Todas las encuestas dan al Partido Popular como ganador en Andalucía después de casi treinta años de gobierno socialista. Sin embargo, desde fuera de la comunidad, dirigentes de dicho partido se empeñan en aguarle la fiesta al candidato de los populares Javier Arenas. El expresidente Aznar desde la tribuna que preside, la FAES, y la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, han cuestionado el proceso autonómico andaluz, calificando de error la histórica conquista andaluza del 28 de febrero de 1980, como origen de los “males” del Estado de las autonomías. Ambos critican la consecución por Andalucía de la condición de nacionalidad histórica. En su desconocimiento o irresponsabilidad Aguirre califica el logro conseguido por 2,5 millones de andaluces en el referéndum trampa del entonces gobierno de UCD, de “maniobra enmarcada en la operación de acoso y derribo al presidente Suárez”.
            Despreciar la lucha del pueblo andaluz para conseguir su autonomía al mismo nivel que las calificadas como “históricas” en la Constitución Española, es intentar retroceder en la historia, preferir la Andalucía sometida al centralismo y secuestrada en su identidad.
            No es nada nuevo. En 2007 el eurodiputado del mismo partido Vidal-Quadras calificó a Blas Infante de “cretino integral”, y refiriéndose a la reforma del Estatuto, declaró: “yo no he acabado de entender cómo el preámbulo toma como referencia el manifiesto de Córdoba, que es Blas Infante y toda esta pandilla”. Su compañera, Ana Mato, también eurodiputada, manifestó en 2008, al referirse a las competencias en educación de las comunidades autónomas, que “los niños andaluces son prácticamente analfabetos”. Por su parte, la secretaria general de los conservadores María Dolores de Cospedal, ese mismo año, puso la guinda: “con un gobierno del PP en Andalucía, los andaluces ya no van a tener que irse fuera a buscar trabajo”. Probablemente, la actual presidenta de Castilla-La Mancha piensa que nos encontramos en los tiempos de la emigración de los años sesenta del siglo pasado, y no se ha enterado de que hoy ocurre todo lo contrario, son muchos los extranjeros que se establecieron en Andalucía, durante las décadas de los noventa y en los años anteriores a la crisis que hoy padecemos.
            Y lo último. Siguiendo la estela del PSOE, pretendiendo hurtar el debate de las cuestiones andaluzas y utilizar las elecciones autonómicas con miras netamente partidistas, la portavoz de los conservadores en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, ha solicitado que las elecciones generales adelantadas para el 20-N coincidan con las andaluzas. Ello en contraposición a lo defendido por Javier Arenas, candidato de su partido a la presidencia de la Junta.
            No me imagino que tal proposición se hiciera con las elecciones catalanas, vascas o gallegas.
            Tratar a Andalucía, por parte del PP de arriba de Despeñaperros, de manera peyorativa o con un alto grado de incomprensible desconocimiento, pone en mal lugar a sus compañeros del sur y, sobre todo, supone una afrenta a todos los andaluces independientemente de la ideología que profesen.

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